martes, 13 de febrero de 2007

**YAHAYRA**




**HOLA AMIGOOS(AS) COMO ESTA ACA ESTOY YO . BAJANDO DEL AVION Y AL OTRO LADO RECIEN ME ACABABA DE LEVANTAR BUENO YA PUBLICARE TODAS MIS LINDAS FOTOS PARA QUE ME VEAN BYE**

**ACA ESTOY YO CONOCEME (0_0)

Aca estoy yo tu mejor amiga Yahayra Soy sere tu amiga si es que no dejas de visitarme mi pagina web oks.." o mi msn es yahayra1996àhotmail.com cualkier cosa contactence conmigo cuando quieran tengo 10 añitos y me gusta mucho la fantasia chauu amix !!!" solo miren mi web BUENO SOY UNA NIÑA Q LE GUSTA LA IMAGINACION CHAU AMIGOS Y AMIGAS CUIDENSE!!!! MUXO BYE BYE

**TRABALENGUAS**

R con R cigarro,R con R barril,rápido corren los carroscargados de azúcar al ferrocarril
En tres tristes trastos de trigo,tres tristes tigres comían trigo;comían trigo, tres tristes tigres,en tres tristes trastos de trigo.
CA, QUE, QUI, CO, CU.
El que poco coco come, poco coco compra;el que poca capa se tapa, poca capa se compra.Como yo poco coco como, poco coco compro,y como poca capa me tapo, poca capa me compro.
El gavilán le dijo a la garza ¿cómo está garza? y al gavilán ¿cómo estás? le dijo la garza.
Pablito clavó un clavito,un clavito clavó Pablito.¿Qué clase de clavito clavó Pablito?
Pedro Pérez pide permiso para partir para París,para ponerse peluca postiza porque parece puerco pelado
El cielo de Constantinopla se quiere desconstantinopolizarel destantinopolizador que lo descontantinopolizarebuen descontantinopolizador será.
El cielo de Parangaricutirimicuarose quiere desparangaricutirimicuarizarel desparangaricutirimicuador que lo desparangaricutirimicuarizarebuen desparangaricutirimicuador será
El cielo de Tenochtitlán se quiere destenochtitlanizarel tenochtitlanizador que lo destenochtitlanrizarebuen destenochtitlanizador será.
El suelo está enladrillado,quién lo desenladrillaráel desenladrillador que lo desenladrillareun buen desenladrillador será
Un carro cargado de rocas iba por la carretera haciendo carric, carrac, carric, carrac.
María Chucena su choza techaba,cuando un leñador que por allí pasaba le dijo:- ¡ María Chuchena, ¿tú techas tu choza, o techas la ajena?
Me han dicho que tú has dicho un dicho que yo he dicho.Ese dicho está mal dicho, pues si yo lo hubiera dicho,estaría mejor dicho que el dicho que a mí me han dicho que tú has dicho que yo he dicho.
Pancha plancha con cuatro planchas¿Con cuántas planchas plancha Pancha?
Perejil comíPerejil cené.¿Cuándo me desperejilaré?
Pepe Cuinto contó de cuentos un ciento,y un chico dijo contento:- ¡Cuántos cuentos cuenta Cuinto!
Bájame la jaula, Jaime. Bájamela.

**CUENTOS**

simbad el marino



Hace muchos, muchísmos años, en la ciudad de Bagdag vivía un joven llamado Simbad. Era muy pobre y, para ganarse la vida, se veía obligado a transportar pesados fardos, por lo que se le conocía como Simbad el Cargador.
- ¡Pobre de mí! -se lamentaba- ¡qué triste suerte la mía!
Quiso el destino que sus quejas fueran oídas por el dueño de una hermosa casa, el cual ordenó a un criado que hiciera entrar al joven.
A través de maravillosos patios llenos de flores, Simbad el Cargador fue conducido hasta una sala de grandes dimensiones.
En la sala estaba dispuesta una mesa llena de las más exóticas viandas y los más deliciosos vinos. En torno a ella había sentadas varias personas, entre las que destacaba un anciano, que habló de la siguiente manera:
-Me llamo Simbad el Marino. No creas que mi vida ha sido fácil. Para que lo comprendas, te voy a contar mis aventuras...
" Aunque mi padre me dejó al morir una fortuna considerable; fue tanto lo que derroché que, al fin, me vi pobre y miserable. Entonces vendí lo poco que me quedaba y me embarqué con unos mercaderes. Navegamos durante semanas, hasta llegar a una isla. Al bajar a tierra el suelo tembló de repente y salimos todos proyectados: en realidad, la isla era una enorme ballena. Como no pude subir hasta el barco, me dejé arrastrar por las corrientes agarrado a una tabla hasta llegar a una playa plagada de palmeras. Una vez en tierra firme, tomé el primer barco que zarpó de vuelta a Bagdag..."
L legado a este punto, Simbad el Marino interrumpió su relato. Le dio al muchacho 100 monedas de oro y le rogó que volviera al día siguiente.
Así lo hizo Simbad y el anciano prosiguió con sus andanzas...
" Volví a zarpar. Un día que habíamos desembarcado me quedé dormido y, cuando desperté, el barco se había marchado sin mí.
L legué hasta un profundo valle sembrado de diamantes. Llené un saco con todos los que pude coger, me até un trozo de carne a la espalda y aguardé hasta que un águila me eligió como alimento para llevar a su nido, sacándome así de aquel lugar."
Terminado el relato, Simbad el Marino volvió a darle al joven 100 monedas de oro, con el ruego de que volviera al día siguiente...
"Hubiera podido quedarme en Bagdag disfrutando de la fortuna conseguida, pero me aburría y volví a embarcarme. Todo fue bien hasta que nos sorprendió una gran tormenta y el barco naufragó.
Fuimos arrojados a una isla habitada por unos enanos terribles, que nos cogieron prisioneros. Los enanos nos condujeron hasta un gigante que tenía un solo ojo y que comía carne humana. Al llegar la noche, aprovechando la oscuridad, le clavamos una estaca ardiente en su único ojo y escapamos de aquel espantoso lugar.
De vuelta a Bagdag, el aburrimiento volvió a hacer presa en mí. Pero esto te lo contaré mañana..."
Y con estas palabras Simbad el Marino entregó al joven 100 piezas de oro.
"Inicié un nuevo viaje, pero por obra del destino mi barco volvió a naufragar. Esta vez fuimos a dar a una isla llena de antropófagos. Me ofrecieron a la hija del rey, con quien me casé, pero al poco tiempo ésta murió. Había una costumbre en el reino: que el marido debía ser enterrado con la esposa. Por suerte, en el último momento, logré escaparme y regresé a Bagdag cargado de joyas..."
Y así, día tras día, Simbad el Marino fue narrando las fantásticas aventuras de sus viajes, tras lo cual ofrecía siempre 100 monedas de oro a Simbad el Cargador. De este modo el muchacho supo de cómo el afán de aventuras de Simbad el Marino le había llevado muchas veces a enriquecerse, para luego perder de nuevo su fortuna.
El anciano Simbad le contó que, en el último de sus viajes, había sido vendido como esclavo a un traficante de marfil. Su misión consistía en cazar elefantes. Un día, huyendo de un elefante furioso, Simbad se subió a un árbol. El elefante agarró el tronco con su poderosa trompa y sacudió el árbol de tal modo que Simbad fue a caer sobre el lomo del animal. Éste le condujo entonces hasta un cementerio de elefantes; allí había marfil suficiente como para no tener que matar más elefantes.
S imbad así lo comprendió y, presentándose ante su amo, le explicó dónde podría encontrar gran número de colmillos. En agradecimiento, el mercader le concedió la libertad y le hizo muchos y valiosos regalos.
"Regresé a Bagdag y ya no he vuelto a embarcarme -continuó hablando el anciano-. Como verás, han sido muchos los avatares de mi vida. Y si ahora gozo de todos los placeres, también antes he conocido todos los padecimientos."
Cuando terminó de hablar, el anciano le pidió a Simbad el Cargador que aceptara quedarse a vivir con él. El joven Simbad aceptó encantado, y ya nunca más, tuvo que soportar el peso de ningún fardo...
FIN

**CHISTES**

Resulta que un sábado llegó un circo a la ciudad de Monterrey y toda la mañana se prepararon, y en la tarde empezaron a anunciar por la ciudad.¡Señores y señoras, vengan a mirar el león más feroz del mundo por sólo 50 pesos!A la hora de la función nadie llegaba, por lo que el dueño decidió bajar el precio y decía:¡Vengan a ver al león más feroz nunca antes visto por sólo 30 pesos!Pero nadie llegaba, y así siguió bajando el precio, por sólo 20 pesos, 10 pesos, y nada, hasta que al final dijo:Pasen a ver el león más feroz, ¡gratis!Y se llenó la carpa que casi se reventaba, y el señor puso estacas alrededor de la carpa y después dijo:A 200 pesos la salida porque, ¡vamos a dejar libre al león!
Llegó un circo a una ciudad, y en cartelera coloca "el pan que habla" toda la gente decidió ir a ver al pan que habla, así que en la noche el circo estaba repleto, y sale el presentador y dice, esta noche no pudo llegar el pan que habla por problemas de panadería, pero mañana se lo tendremos. Al otro día lo mismo, y así varios días. A los días después el presentador sale y la gente gritando:¡Queremos al pan que habla! ¡queremos al pan que habla!Entonces el presentador dice:Hoy lo tenemos, pero necesitamos a un miembro del público.Y sale un caballero, y traen una piscina, y la colocan en medio de la carpa. Entonces, le pasan un pan al caballero y le dicen:Sumérjalo unos segundos, ahora sáquelo, ¿cómo está el pan?¡Está blando...!

**CUENTOS**

SIMBAD EL MARINO

Hace muchos, muchísmos años, en la ciudad de Bagdag vivía un joven llamado Simbad. Era muy pobre y, para ganarse la vida, se veía obligado a transportar pesados fardos, por lo que se le conocía como Simbad el Cargador.
- ¡Pobre de mí! -se lamentaba- ¡qué triste suerte la mía!
Quiso el destino que sus quejas fueran oídas por el dueño de una hermosa casa, el cual ordenó a un criado que hiciera entrar al joven.
A través de maravillosos patios llenos de flores, Simbad el Cargador fue conducido hasta una sala de grandes dimensiones.
En la sala estaba dispuesta una mesa llena de las más exóticas viandas y los más deliciosos vinos. En torno a ella había sentadas varias personas, entre las que destacaba un anciano, que habló de la siguiente manera:
-Me llamo Simbad el Marino. No creas que mi vida ha sido fácil. Para que lo comprendas, te voy a contar mis aventuras...
" Aunque mi padre me dejó al morir una fortuna considerable; fue tanto lo que derroché que, al fin, me vi pobre y miserable. Entonces vendí lo poco que me quedaba y me embarqué con unos mercaderes. Navegamos durante semanas, hasta llegar a una isla. Al bajar a tierra el suelo tembló de repente y salimos todos proyectados: en realidad, la isla era una enorme ballena. Como no pude subir hasta el barco, me dejé arrastrar por las corrientes agarrado a una tabla hasta llegar a una playa plagada de palmeras. Una vez en tierra firme, tomé el primer barco que zarpó de vuelta a Bagdag..."
L legado a este punto, Simbad el Marino interrumpió su relato. Le dio al muchacho 100 monedas de oro y le rogó que volviera al día siguiente.
Así lo hizo Simbad y el anciano prosiguió con sus andanzas...
" Volví a zarpar. Un día que habíamos desembarcado me quedé dormido y, cuando desperté, el barco se había marchado sin mí.
L legué hasta un profundo valle sembrado de diamantes. Llené un saco con todos los que pude coger, me até un trozo de carne a la espalda y aguardé hasta que un águila me eligió como alimento para llevar a su nido, sacándome así de aquel lugar."
Terminado el relato, Simbad el Marino volvió a darle al joven 100 monedas de oro, con el ruego de que volviera al día siguiente...
"Hubiera podido quedarme en Bagdag disfrutando de la fortuna conseguida, pero me aburría y volví a embarcarme. Todo fue bien hasta que nos sorprendió una gran tormenta y el barco naufragó.
Fuimos arrojados a una isla habitada por unos enanos terribles, que nos cogieron prisioneros. Los enanos nos condujeron hasta un gigante que tenía un solo ojo y que comía carne humana. Al llegar la noche, aprovechando la oscuridad, le clavamos una estaca ardiente en su único ojo y escapamos de aquel espantoso lugar.
De vuelta a Bagdag, el aburrimiento volvió a hacer presa en mí. Pero esto te lo contaré mañana..."
Y con estas palabras Simbad el Marino entregó al joven 100 piezas de oro.
"Inicié un nuevo viaje, pero por obra del destino mi barco volvió a naufragar. Esta vez fuimos a dar a una isla llena de antropófagos. Me ofrecieron a la hija del rey, con quien me casé, pero al poco tiempo ésta murió. Había una costumbre en el reino: que el marido debía ser enterrado con la esposa. Por suerte, en el último momento, logré escaparme y regresé a Bagdag cargado de joyas..."
Y así, día tras día, Simbad el Marino fue narrando las fantásticas aventuras de sus viajes, tras lo cual ofrecía siempre 100 monedas de oro a Simbad el Cargador. De este modo el muchacho supo de cómo el afán de aventuras de Simbad el Marino le había llevado muchas veces a enriquecerse, para luego perder de nuevo su fortuna.
El anciano Simbad le contó que, en el último de sus viajes, había sido vendido como esclavo a un traficante de marfil. Su misión consistía en cazar elefantes. Un día, huyendo de un elefante furioso, Simbad se subió a un árbol. El elefante agarró el tronco con su poderosa trompa y sacudió el árbol de tal modo que Simbad fue a caer sobre el lomo del animal. Éste le condujo entonces hasta un cementerio de elefantes; allí había marfil suficiente como para no tener que matar más elefantes.
S imbad así lo comprendió y, presentándose ante su amo, le explicó dónde podría encontrar gran número de colmillos. En agradecimiento, el mercader le concedió la libertad y le hizo muchos y valiosos regalos.
"Regresé a Bagdag y ya no he vuelto a embarcarme -continuó hablando el anciano-. Como verás, han sido muchos los avatares de mi vida. Y si ahora gozo de todos los placeres, también antes he conocido todos los padecimientos."
Cuando terminó de hablar, el anciano le pidió a Simbad el Cargador que aceptara quedarse a vivir con él. El joven Simbad aceptó encantado, y ya nunca más, tuvo que soportar el peso de ningún fardo...
FIN

**POESIAS**

**CORAZON DEL PERU**



Cayo un copito de nieve
sobre una flor carmesi
y se formo la bandera
de la patria donde naci.

Le di una gota de sangre
y un pensamiento de amor
y el corazon del Peru
florecio en mi bicolor.

**POESIAS**

LUNA PERUANA
Aunque estes redonda y enterita
eres un pedacito de cielo,
luna andina , luna peruana,
luna marina y de pastizales.
Muchachita que salta
de charco en charco,
de rio en rio,
de pueblo en pueblo,
con faldita alzada
y un chal de estrellas en la espalda.
Que es lo que mas te gusta:
¿Remojarte los pies cansados en la laguna?
¿Peinarte en espejos de nieve o cristales de agua?
¿O irte de paseo por el lago Titi-Caca en un lindo caballito de totora